Thursday, September 4, 2008

"No me quiero largar a llorar, no puedo hablar"

Juan Martin del Potro
"No me quiero largar a llorar, no puedo hablar"

Qué importa ahora, que de número 17 vas a ser el 15. Que se viene la Davis. Que todo el mundo te está abrazando, allá en Tandil. Qué importa en esta noche mágica, en medio de tanto ruido y con tantos desconocidos alrededor, y tan lejos de los amores que te criaron. No importa nada, viejo, le dijeron al oído esos duendes que le dieron fuerzas para jugar este partidazo. Llorá nomás, Juanma. Son macanas que los hombres no lloran. Y él, que recién el martes 23 cumplirá 20 años, en su transparente envase de dos metros, no pudo más.

"No me quiero largar a llorar, pero es muy difícil hablar del partido que jugamos. No es lindo perder pero si tengo que sacar algo bueno, tengo que sacar la forma en que perdí. Y ahora, bueno, parar la pelota y ver todas las cosas lindas que hice", arrancó, y enseguida siguió igual, con la voz entrecortada. "El es muy inteligente, jugó bárbaro y me ganó bien. Y nada... De todas maneras estoy contento porque jugué bien, a la gente le gustó eso y perdí como hay que perder".

Tomó un poquito de aire. Pretendió recuperarse. Ya había estado llorando en el vestuario, con un toallón blanco en la cabeza y con el consuelo de Franco Davin, cuando en el estadio Arthur Ashe el público todavía se felicitaba por haber presenciado semejante partidazo. Quiso salir del paso. Pero no pudo. Al recordar las palabras de su entrenador, en medio de una pregunta, dijo: "No puedo hablar. No puedo". Y se largó a llorar. Fue una reacción a cara descubierta a la hora del desahogo. Entonces se fue un rato. Tomó aire y un poco de agua. Y volvió.

"Tanto esfuerzo y perder, pero bueno, lloré también de alegría, por todas las cosas lindas que me pasaron. Y tenía que descargarme", contó al regresar. Después llegaron algunos temas "menores". Como la lesión en la rodilla izquierda: "Cuando fui a pegar un revés para atrás, hice un mal movimiento se me trabó un poco y me quedó doliendo. Hasta el cuarto set llegué con lo que pude, si tenía que jugar un quinto no sé cómo lo iba a terminar. Pero no me guardé nada. ¿Vilas? Ni lo vi. Mucho no miraba. Miraba a Murray y no lo quería ver más".

¿Qué se dijeron? "Fuimos muy respetuosos, nos aplaudíamos, y como dos buenas personas que somos, bueno, mala suerte que me tocó perder a mí, pero lo felicité por cómo venía, le deseé suerte y le dije que lo que había pasado en Roma habían sido cosas del partido, y me dijo 'está bien, yo también estuve mal y te felicito por cómo te recuperaste después de los dos primeros sets".

Esta noche volará hacia la Argentina Del Potro. Mañana, hacia otro "triunfo" como el de ayer.


Diario Clarin

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