Saturday, September 13, 2008

Del Potro se dio el gusto de conocer a Palermo

Del Potro se dio el gusto de conocer a PalermoDel Potro se dio el gusto de conocer a Palermo

Del Potro se dio el gusto de conocer a Palermo

Desde que su abuelo Francisco le regaló la camiseta azul y oro y lo hizo aún más hincha de Boca en su Tandil natal, Juan Martín Del Potro soñaba con un momento así. Estar cara a cara --es una forma de decir porque le saca once centímetros-- con el ídolo de siempre, con el Titán del área. Y Martín Palermo, el Señor del Gol, con Clarín de testigo, le cumplió la Sorpresa y media al tenista del momento y lo fue a visitar ayer al Tenis Club Argentino. Fue a las 17.15 cuando el delantero ingresó al club junto a su novia y Ezequiel, un amigo, pisó el polvo de ladrillo de la cancha 1 Enrique Morea y se abrazó minutos más tarde con el tenista. Y el chico de 19 años no lo podía creer.

Rengueando debido a que se está recuperando de la operación por la rotura de ligamentos interno y cruzado de la rodilla derecha, Palermo hizo su aparición, saludó a Franco Davín, entrenador de Del Potro y también a Martiniano Orazi, preparador físico del número 2 de Argentina. Luego llegó el abrazo al lado de la red con quien lo idolatra. Allí se frenó el entrenamiento, una práctica en la cual Del Potro impactaba cada vez con más potencia a la pelota en un día primaveral.


Charlaron unos minutos, se pasaron los celulares y luego volvió al polvo de ladrillo. No había que relajarse porque dentro de siete días llega la Copa Davis. Palermo decía que no con su cabeza de la misma manera que define ante los arqueros, pero esta vez era sólo para ver como la pelotita iba de un lado al otro. A las 17.35 todo terminó y cuando Clarín los juntó para la foto, el hombre de los 194 goles en Boca bromeó mientras miraba a Del Potro: "¿Mirá si nos ponen a los dos en el área? Hacemos un desastre". Le temblaban las piernas al pibe tenista de casi dos metros de altura aunque atinó a decir: "Imaginate la emoción que tengo porque conocí a uno de mis ídolos".

Mientras el campeón de cuatro torneos ATP se ponía su buzo con los colores celeste y blanco y guardaba sus raquetas, Palermo hacía lo de siempre; firmaba autógrafos y se sacaba fotos con los cancheros del club. Juan Martín, aún con su vincha azul, lo invitó a tomar algo en el club house. Y, pese a que ya empezaba a hacer frío, se sentaron en una mesa al aire libre. "Me sorprendió la humildad que tiene", explicó Juan Martín antes de ingresar al gimnasio. "Alguien tan famoso y tan profesional que venga a saludarme, muestra un gesto de grandeza", agregó.

Cuando Clarín le preguntó al futbolista qué consejo le daría desde su experiencia a un deportista más joven, Palermo, como en el verde césped, no dudó y dijo: "Con sus 19 años está en el comienzo de su carrera. Y más que nada, sabiendo el nivel que alcanzó hay que tomarlo con tranquilidad y aprovechar el momento que está pasando. Y ojalá que llegue a lo más alto posible". Es más, comentó entre sonrisas que juega al tenis, "aunque no tengo mucha técnica".

Como buen anfitrión, Juan Martín levantó la mano y llamó al mozo. Algunos curiosos rondaban el lugar porque ahora eran dos los famosos que estaban en el club. Palermo se interesó por conocer detalles del tenis. Y preguntó por el capitán de la Davis Alberto Mancini. Es que no entendía bien porqué no estaba allí. Y le explicaron cómo se manejaba el equipo con sus entrenadores. El goleador, a su vez, contó algunas anécdotas de su deporte.

Después de la charla que duró una media hora (Del Potro debía finalizar su tarde de ensueño en el gimnasio), prometieron encontrarse esta vez en la casa del nueve de oro: la Bombonera. Pero no habrá que esperar demasiado. Será mañana cuando el equipo de Carlos Ischia enfrente en el clásico a Independiente y allí el goleador le regalará su camiseta y Del Potro, una de las raquetas con las que fue sumando triunfo tras triunfo en su última gira por el circuito. Será, sin dudas, otro encuentro de grandes que, por si fuera poco, tendrá un tercer recreo en Parque Roca. "Ya lo invité para que me venga a ver a la Copa Davis", dijo feliz el tandilense. "Yo ya fui a ver la Davis en 2006, cuando vino Hewitt", contó como un experto su amigo de la pelota. Se fue Martín Palermo. Se fue Juan Martín Del Potro que, al menos esta vez, resultó el que gritó bien fuerte un golazo de media cancha.


Diario Clarin


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