Saturday, September 20, 2008

Del Potro paseó sereno en la sombra de Davydenko

Del Potro paseó sereno en la sombra de Davydenko

Juan Martín Del Potro sumó su segundo debut soñado en este viernes de Copa Davis. El primero había sido en Austria, el año pasado, cuando tuvo sobre sus jóvenes hombros nada menos que la responsabilidad de cerrar una serie de visitante. El segundo fue ayer, en su presentación en casa y ante Nikolay Davydenko, un jugador con más de tres años ininterrumpidos dentro del selecto grupo del top ten.

El único momento de zozobra que padeció fue cuando tuvo que cerrar el segundo set. Luego de generar dos quiebres y perder uno a mitad de camino, y de desperdiciar dos set points, se encontró sacando para el set, 5-4 arriba en el marcador. Resultó maratónico ese game, con tres oportunidades de quiebre para el ruso salvadas por el argentino, que le puso punto final al parcial en su sexta chance.

"La verdad es que dentro de la cancha no fue tan fácil. Yo no creo haya sido así. Hoy lo tenístico y lo físico no era algo que me importara. Lo que más me preocupaba era cómo iba a manejar los nervios de debutar acá, de local. Por suerte se dio de esta manera, gané y le di un punto importante al equipo", reconoció un cada vez más maduro Del Potro luego del partido.

Apenas un puñado de condimentos: discusiones con los jueces, protestas del inalterable Davydenko y de su entrenador, Shamil Tarpischev (luego, en la conferencia de prensa, aclaró que no había nada que objetar), y hasta de Del Potro, que no se llevó bien con uno de los jueces de línea. El partido, sin embargo, pasaba por otro lado, sin dudar nunca de la superioridad del dueño de casa.

El ruso completó otra decepción. No es extraño teniendo en cuenta que rara vez pudo trasladar a la Davis el respeto ganado en el circuito. Lo dice su amarrete récord de 14-9 en esta competición. También el público de su país, que siempre ha mirado para otro lado a la hora de elegir ídolos.

En sus imprecisiones y en la solvencia de Del Potro se basó el resultado del primer set. Quizá la diferencia no haya sido tan holgada en el palo y palo. El argentino aprovechó las oportunidades de quiebre que dispuso y se metió buena parte del partido en el bolsillo.

En cambio, el tercero y definitivo, o sea el otro set con amplia diferencia en el marcador, fue diferente. Davydenko ya se había rendido ante la eficacia de su rival, que devolvió el aliento que bajaba de las tribunas con técnica pero también con garra, festejando enérgicamente cada punto y arengando a los seguidores.

En realidad fue muy temprano que el público comenzó a frotarse las manos pensando en el dobles de hoy (Alberto Mancini confirmó que será Nalbandian-Cañas). Entonces pronto se relajó y dejó de ocuparse del ruso para disfrutar del primer partido del tandilense en Buenos Aires desde que inició su exitosa racha.

Inédito apoyo fue el que brindaron varios integrantes de La Legión junto al resto del equipo. Allí estaban Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Juan Ignacio Chela, Juan Mónaco, José Acasuso, Mariano Zabaleta, Lucas Arnold, entre otros. Gabriela Sabatini apoyaba desde el palco y a Paola Suárez también se la vio cerca, en la sala de prensa.

Un marco muy a tono con la aparición de Del Potro, principal responsable de que la Argentina vaya olvidando la "Nalbandiandependencia" y empiece a hablar, hoy más que nunca, de un equipo en su sentido más literal.

Infobae


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