"Cuando me voy a dormir, aparece Davydenko"

"Cuando me voy a dormir, aparece Davydenko"

-Si tuvieras que sintetizar en una palabra lo que sentís en ese momento obviamente sería...

-Ansiedad. Quiero que empiece la serie ya, que llegue el viernes. Un poco quería disfrutar el momento que estoy viviendo en mi carrera, fue todo muy rápido y me tengo que acostumbrar, pero a medida de que pasan los días, pienso cada vez más en la serie. Será jodido, no hay un punto claro, se pueden ganar o perder los cinco. El viernes va a ser fundamental.

-Debutaste como visitante en la Davis y, tomando en cuenta los torneos de acá, no jugaste muchos partidos con público en Buenos Aires. ¿Cómo imaginás la sensación?

-Sí, será nuevo, raro para mí. No es común tener a 14.000 personas queriendo que ganes vos, no pasa en ningún torneo del mundo. Tendré que aprender a vivir la situación. Es el sueño de cualquier chico y ojalá se dé todo como cuando debuté contra Austria.
-¿Imaginás ya tu partido contra Davydenko, que sería tu rival el viernes?

-Hasta hace unos días no, pero ahora lo siento más cerca. Ahora te diría que cuando me voy a dormir, aparece Davydenko (sonríe). Ya estoy empezando a practicar golpes de la manera que le jugaría. Perdí con él en París el año pasado, pero me siento confiado para ganarle.

-¿Preferís jugar primero el viernes?

-Elegiría ser segundo con el 1-0 de David (sonríe). Pero sinceramente me da lo mismo.

-En esta Copa Davis cambia un poco la lógica: las miradas ya no están puestas sólo en él...

-Sí, pero él sigue siendo el referente, el as de espadas, el que le gana a cualquiera en la Davis... Confiamos mucho en él. Es cierto igual que muchos me quieren ver demostrar lo que hice en esta última gira. Yo tengo que aprender a convivir con eso. Espero no defraudar.

-¿Cuándo empezaste a pensar en el Masters (hoy es 10° en la Carrera de Campeones, sería segundo suplente)?

-Recién cuando llegamos acá le pregunté a Franco (Davin) a cuántos puntos había quedado del octavo, y me dijo "pocos", como que no queremos pensar mucho en eso todavía. La Davis es prioridad. Igualmente está como objetivo, quedan dos Masters Series con mucho por sumar y, si llego, cumpliría con un sueño que jamás imaginé a principios de año.

-Agregaste un torneo en Tokio. ¿Es para sumar pensando en Shanghai?

-No, voy porque la ATP obliga a jugarlo. Por un lado me saca descanso, cosa que necesito, pero por otro es una chance más de sumar y llegar a jugar el Masters.

-¿Cómo cambió en el US Open el trato hacia vos?

-Y... te ven diferente en el vestuario, te dan estadios buenos para entrenar... Yo igual sé que tengo que mejorar mil cosas todavía. El otro día me comentaban sobre esa estadística que dice que de 11 tipos que ganaron cuatro torneos antes de los 20 años, sólo uno no fue N° 1. Es halagador, pero me falta tanto... Yo me fijo en Federer y Nadal, aprendo de ellos, es un largo camino...

-¿Cómo quedó la relación con Andy Murray?

-Como antes. Nunca seremos amigos. Lo del saludo fue sincero, nos disculpamos por lo de Roma. Habíamos jugado un partidazo y me ganó perfecto. Pero no lo quiero ni un poco.


Diario Ole