Friday, August 29, 2008

Nalbandian avanzó cómodo y Del Potro, con sufrimiento

Nalbandian avanzó cómodo y Del Potro, con sufrimiento

Los 27 grados parecían muchos más bajo el impiadoso sol de Flushing cuando David Nalbandian escuchó los gritos de un puñado de argentinos: "¡Vamos, maestro!", le gritaron al unquillense en uno, en dos, en tres, en los tantos puntos que cerró con clase. Al rato llegó el final cantado en la cancha 11 cuando, después de una hora y 58 minutos, venció al kazajo Andrey Golubev en tres sets (6-2, 6-4 y 6-2) y se metió en la tercera ronda. Allí intentará tomarse revancha del francés Gael Monfils, quien viene de sacar al cordobés de los Juegos Olímpicos de Beijing, y si accede a los octavos de final ya habrá superado la mejor actuación de los argentinos en los Grand Slams de este año.

Pero no fue el único Nalbandian en pasar a la tercera ronda del Abierto de los Estados Unidos. A continuación, en la misma cancha, ya de noche, Juan Martín Del Potro transpiró mucho, demasiado, ante el brasileño Thomaz Bellucci. Hasta que el tandilense, con las fuerzas erosionadas por el desgaste que arrastra (desde lo físico pero también desde lo mental) igual pudo sacar el partido adelante, se impuso por 4-6, 6-1, 7-5 y 6-3 en dos horas y 55 minutos, y estiró su invicto, su notable envión ganador, a 21 triunfos consecutivos. Ahora, en tercera ronda, Del Potro jugará con el francés Gilles Simon, el verdugo del otro argentino que se presentó ayer aquí, el misionero José Acasuso, que cayó por un contundente 6-4, 6-1 y 6-4.


"Ganar siempre da confianza, por momentos saqué bien, así que me voy contento", dijo Nalbandian tras su derrota ante el kazajo de 21 años y 161 del ranking, quien con sus dos doble falta en el primer game de la tarde cuando estaba 40-15 arriba, dejó en claro cuál sería el rumbo del partido. De hecho, haría 10 doble falta en total y cometería 41 errores no forzados. Demasiado, para un Nalbandian encendido y tranquilo, que hasta por momento ganó puntos con su revés cruzado que levantó los típicos aplausos de reconocimiento.

Para el choque con Monfils, el número 7 del mundo aseguró: "Estoy mejor que en Beijing porque ya vengo con más ritmo encima. Ojalá se den las cosas, de a poco me voy encaminando, pero me siento muy bien". Y por si alguien quería escuchar su opinión por jugar en una cancha secundaria, subrayó: "Es más lindo siempre jugar en un estadio, pero las condiciones son así y hay que aceptarlas".

El brasileño Bellucci, de 20 años y 86 en el ranking, le jugó a Del Potro despojado de toda presión y le arrebató el primer set. De pronto la película hizo recordar el partido por la primera ronda ante Guillermo Cañas. Franco Davin, serio, representaba todas las muecas de preocupación en torno al tandilense, que estaba nervioso, parado demasiado atrás en la cancha y con dudas a la hora de sacar a flote sus mejores armas: el saque (apenas tuvo una efectividad del 57 por ciento con su primer servicio) y su derecha. Y hay un número que dejó bien en claro su irregularidad a lo largo del partido: tuvo 41 errores no forzados. Sí, la misma cantidad que Golubev ante Nalbandian

"Terminé un poco cansado. Pero le puse toda la garra que le vengo poniendo para agregar otro partido más a mi buena racha", dijo Del Potro anoche en Flushing mientras en la cancha central seguía picando la pelotita al ritmo de la potencia del Nº 1, Rafael Nadal.

José Acasuso tuvo un break clave en el esencial séptimo game que pudo torcer la historia de su primer set, que hasta ahí venía 3-3. Pero no hubo caso. "Tampoco voy a decir que perdí el partido por ese punto, eh...", afirmó el pupilo de Gustavo Luza. Y una vez que se le fue larga y cruzada esa derecha al fondo del cemento de la cancha número 6, el francés abrochó el primer capítulo.

Chucho se fue llenando de impotencia hasta que rompió su raqueta. Tal como lo había imaginado, el misionero tuvo siempre el partido cuesta arriba ante un adversario que ahora aparece en el camino de la exitosa racha de Juan Martín Del Potro. Siguen Nalbandian y Del Potro. Los franceses son los nuevos puentes a cruzar.


Diario Clarin

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